viernes, 7 de septiembre de 2012

Historias de odio y fanatismo

Enrique Aquino

Lo peor que le puede pasar a México y al mismo López Obrador es que los grupos y movimientos que lo apoyan —#YoSoy132, SME y otros—, se le salgan de las manos, que no tenga control sobre ellos. Hemos visto que los del #YoSoy132 por lo pronto ya empiezan a  actuar solos, es decir, sin que tengan que recibir una orden o sean organizados en redes sociales.

 Una actitud se vuelve costumbre, una costumbre  se vuelve un hábito,  un hábito se vuelve un destino. Por ejemplo, se empieza con alguien que siembra odio, luego, se vuelve costumbre insultar y odiar, hasta que se vuelve un hábito y se toma como algo “normal”, al final, esas conductas traen un repercusión en la vida y en la sociedad.

Un domingo,  Ricardo Alemán y su familia caminaban por enfrente del hemiciclo a Juárez, hubo quien lo reconoció y gritó algo así como:

—¡Hey, allá va Ricardo Alemán!

Algunas personas que se encontraban en el lugar, entre ellos comerciantes ambulantes,  comenzaron a insultarlo, Alemán, en su cuenta de Twitter empezó a denunciar los hechos. Después no  pasó a mayores.

Otra situación similar, pero que tuvo más difusión por ser más violenta, fue cuando precisamente cerca de esa zona —Juárez y Balderas—,  un grupo de 50 seguidores de AMLO persiguieron, insultaron y escupieron a Carlos Marín, el periodista los enfrentó y les decía:

—Yo no soy el IFE ni trabajo en Televisa, yo trabajo en MILENIO.

Aún así, los extremistas lo siguieron injuriando todo el trayecto hasta las instalaciones del periódico.
La más reciente ocurrió el martes,  cuando un grupo de jóvenes anti-Peña bombardearon con huevos y otros alimentos a Roy Campos en una conferencia que dio en Puebla.

No sé como lo vean ustedes, pero para mí, son actos de barbarie, salvajismo y bestialidad, como si vivieramos en el siglo XV.  Y  todavía hay quienes se espantan de la  Nueva Jerusalén…

El problema es  que estos casos que presenté salen a la luz pública por tratarse de personas famosas, pero estoy seguro que hay muchas personas no conocidas como usted, como yo, que han sufrido lo mismo o hasta cosas peores.

En campaña me pasó algo un poco parecido, una amiga que era candidata a un puesto de elección popular   me invitó a su debate. Llegué a la universidad de la ciudad y me registré.  La encargada de prensa de la candidata me llamó y dijo:

—¡Enrique!, de la lista de los invitados que tiene el IFE sacaron la información de que vendrías y me preguntan estudiantes por ti.

Entonces me reconocieron y empezó el acoso, varias personas intentaban todo el tiempo fotografiarme,  a tal grado, que tuve que levantarme e irme a la parte posterior y desde ahí ver el debate, cuando terminó, me rodearon como 6 jóvenes que me miraban con odio y rencor, uno de ellos me reclamaba un poco airadamente sobre cosas del 68 y de Ordaz, afortunadamente llegó un catedrático, me hizo una entrevista, nos tomamos unas fotos y no pasó a mayores.

Clientes y empleados de las tiendas Soriana sufrieron acoso y hasta secuestro por parte de los radicales.  Hasta bombazos hubo. Ahora mismo tienen tomado el ayuntamiento de Veracruz, lo tienen secuestrado.  Han tomado casetas de cobro de las autopistas.

Seguramente López Obrador se deslindará de estos actos. Y sí, él no los mandó. Sin embargo, creo que no se puede deslindar alguien que por diferentes medios —mítines, ruedas de prensa, Twitter—,  sataniza y acusa como corruptos y traidores de la patria a periodistas, encuestadores, medios de comunicación, instituciones, comercios y políticos por haberle hecho fraude, según él.

Andrés Manuel López Obrador, es usted un líder social que tiene influencia sobre sus seguidores, ¿ha sido responsable con ese poder? Vendrán más actos vandálicos —ojalá y me equivoque—, muchos de ellos ya ni siquiera orquestados por usted,  ese es el legado que nos ha dejado a los mexicanos.

Concluyo con esta reflexión, señoras y señores, hemos estado avanzando en una sociedad violenta, llena de odio y rencores. Debemos tener consciencia de que la violencia es una forma equivocada de vivir, de pensar y de actuar. Los invito a que cambiemos, ahora mismo… nuestra familia, nuestros hijos y la sociedad nos agradecerán. 

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