El otro día, en una
conferencia para una empresa privada, una tuitera me dijo amablemente que me
conocía y seguía en Twitter, que por favor siguiera su cuenta personal y la de
su negocio. Como los tuiteros somos muy quisquillosos, a la mitad del evento,
empecé a leer sus tuits y sus favoritos, me di cuenta que era una persona de
izquierda, le daba RTs a los líderes tutieros más radicales. Y, sin embargo, al
final me agradeció y se expresó con conceptos muy positivos hacia mi persona.
Un joven de Tehuacán, desde hace ya varios meses, me había
invitado a desayunar, por cuestiones de tiempo no se había podido concertar la
cita. Leyendo sus tuits y favoritos, me di cuenta que era un tuitero pro AMLO.
Me dijo que no tuviera miedo, que me tenía respeto y me quería conocer. El día
de ayer, pasé buenas horas con él y su socio hablando de política y de Twitter,
a pesar de las diferencias políticas, encontramos coincidencias.