sábado, 22 de septiembre de 2012

La vida es una paradoja

Enrique Aquino


      Tiempo de nacer, y  tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse a abrazar; tiempo de buscar , y tiempo de perder; tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.”

       Estos pensamientos subrayan la lucha de fuerzas opuestas que generalmente ocurren dentro del individuo. El hombre está consciente de su capacidad para el bien y el mal, y con esta consciencia, nace la ambivalencia. La coexistencia de fuerzas que se oponen dentro de nosotros mismos, tiende a confundirnos y amenazarnos. Y, sin embargo, ante la realidad de pensamientos, sentimientos y actitudes ambivalentes, solo disponemos de la alternativa de la decisión, la cual si es retardada, causa un estado de tensión permanentemente negativo.