jueves, 20 de diciembre de 2012

Con el internet todo cambió. Estas son las nuevas reglas de etiqueta

Enrique Aquino

Hace unos años, Carlos Fuentes, el gran universal escritor mexicano, dijo que era necesario actualizar el Manual de Carreño (manual de urbanidad y buenas costumbres). Tiene razón, los tiempos han cambiado con el internet y con los teléfonos móviles. Y no hablo de la netiqueta.

Las personas que he tenido la fortuna de conocer, se han dado cuenta que no soy el tuitero que todo el día está vigilando el celular y se la pasa escribiendo. Podría decir que me distraen más las aplicaciones de mensajería instantánea, las cuales identifico con un sonido especial.

A pesar de que, tengo la capacidad —adquirida en campañas y con el tiempo— para poder escribir, leer —el móvil— y al mismo tiempo escuchar lo que mi interlocutor personalmente me está diciendo, trato de no revisar mis redes sociales y mirar a los ojos con quien platico como una forma de respeto y educación. Cuando estoy con alguien, no tuiteo más.

Una de las capacidades, de las muchas que tienen las mujeres, es poder hacer varias cosas a la vez: están cocinando, viendo televisión, hablado por teléfono y al mismo tiempo vigilando a los niños pequeños. Algo que los hombres no tenemos, pero que  también hemos adquirido poco a poco con el uso de estas nuevas herramientas tecnológicas.