“Historias de odio y fanatismo” se tituló la columna que
escribí hace casi un mes: http://tinyurl.com/9vqjgfh
Pero
el pasado fin de semana, aconteció un suceso más de los muchos que hemos vivido
por el fanatismo y la intolerancia; integrantes del #YoSoy132 de Veracruz lanzaron
como proyectiles, huevos a Adela Micha. Esta agresión física, sucedió en
Xalapa, cuando la conductora recibía un doctorado honoris causa por parte de la
Universidad Popular Autónoma del estado de Veracruz.
Sin
embargo, hubo otro caso que estremeció a México y que ha superado estos
huevazos y escupitajos que hemos visto en los últimos meses: el secuestro de
Diego Fernández de Cevallos.
Desde
1996, López Obrador acusaba —y le hacía eco la revista Proceso a sus
declaraciones— de enriquecimiento ilícito a “El Jefe” Diego. Unos predios de
Punta Diamante en Acapulco, que eran o son propiedad del panista, eran las
pruebas de que éste se había vendido al régimen.