miércoles, 26 de septiembre de 2012

La credibilidad de los fanáticos de izquierda, por los suelos

Enrique Aquino

¿Se acuerda del caso Paulette en Twitter, que si hubiera sido por mayoría de votos, Lizette Farah tendría  que estar en prisión por el homicidio de su hija? Fue la primera vez que las redes sociales crearon una opinión importante y, al mismo tiempo, una polémica nacional.

Recuerdo bien que aquellos días linchaban virtualmente a la mamá de Paulette en la red. Todos eran especialistas en  lenguaje corporal, criminología y psicología. Los argumentos de los tuiteros para acusarla de asesina, eran su frialdad en la entrevista que le realizó Adela Micha y, además, porque llamó “esa niña” a su hija.

¿Hipótesis?, las había para escoger, todo lo que la imaginación pudiera inventar. Al final de la investigación, resultó que la niña murió víctima de un accidente. De inmediato empezaron a circular versiones acerca de la cantidad que habían recibido el procurador y autoridades por dejar escapar a los culpables.

No se preocuparon por analizar, investigar y reflexionar sobre el caso. Muchos aún no saben que intervino la PGR, la PGJDF y la PGJNL, así como instancias internacionales como el FBI y, por si fuera poco, la Universidad Autónoma del Estado de México y la Universidad  de Granada. Los detalles sobre la investigación del caso Paulette, se encuentran en el sitio Transparencia Paulette: www.transparenciapaulette.com

En la campaña presidencial surgieron muchas acusaciones, injurias y rumores, yo por ejemplo entre otras cosas, fui acusado de manejar bots ¿las pruebas?, ninguna, solo calumnias. Una imagen apócrifa de una amenaza por DM que circulo mucho en la red tuve que desmentirla en un programa de MVS con Luis Cárdenas, fue un integrante del #YoSoy132  llamado Emmanuel quien hizo la difamación, algo que me afectó mucho, pero lo perdoné para no guardar rencor dentro de mi corazón.

Luis Videgaray fue el más atacado y calumniado, pero todo quedó desmentido. Por ejemplo,  el mes pasado la cuenta de @MoneroHernandez fue suspendida por Twitter, de inmediato gente mal intencionada hizo responsable a Videgaray, afortunadamente José Hernández  la recuperó  y desmintió dicha versión. En lo particular no comulgo con su ideología, pero reconozco que su trabajo es excelente y, ese día, demostró gran honradez.

Una gran psicosis ocurrió los días 5 y 6 de septiembre en el Estado de México y Distrito Federal, tuiteros propagaron rumores sobre violencia causando terror en la red y en dichas zonas. Hasta ahora, es el único caso en el que son investigados 10 tuiteros por la Policía Cibernética de la PGJDF.

La semana pasada las palabras del el dirigente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, fueron tergiversadas, supuestamente proponía que las redes sociales se regularan. Todo resultó falso y harto calumnioso.

La más reciente, hace seis días el vocero  del movimiento #YoSoy132 en Ensenada, Baja California, Aleph Jiménez Domínguez, fue reportado como desaparecido. Pude leer diferentes acusaciones sin fundamento, muchos tuiteaban que había sido secuestrado para torturarlo por represalias  y, hasta muchos, lo daban por muerto. Pero apareció vivo, estaba escondido, entonces en la red casi se pudo escuchar un largo “¡ahhh…!”, curiosamente muchos fanáticos querían que en realidad le hubiera pasado algo para culpar al gobierno opresor y a la mafia del poder.

Estos casos y muchos que vendrán tienen una línea de un cierto grupo, pero ya han perdido credibilidad. De hoy en adelante, los tuiteros  radicales de esta línea son poco creíbles, se lo han ganado a pulso. Desgraciadamente ya han hecho mucho daño, como dijo Napoleón, El mal de la calumnia es semejante a la mancha de aceite: deja siempre huellas. 




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