lunes, 3 de enero de 2011

DIANA Y YO (Capítulo 3)

   -Sí -le dije-
     Recuerdo que le dí mi celular un sony ericsson w600 de color naranja, lo agarró y dijo lo siguiente:
 -Voy abajo del del bar
     Guardé silencio, pero con el movimiento de mi cabeza le dije que si, que estaba bien. En lo que miré la calle por  la ventana empaña por el frío, él desapareció.




     Observaba la atmósfera  del bar. Había gritos y humo, la gente discutía, probablemente por los mismos temas de siempre. Volteé para la entrada del bar y vi llegar a Rosy;  ladueña del bar. Un mujer que se fue empobreciendo de belleza.

      Rosy agradaba por su amabilidad y sonrisa, esto lo hacía para atraer a la clientela. Ella se había unido a un hombre no legalmente, él era una buena persona, humilde de condición y de belleza. El ayudaba en el bar, un hombre sin carácter que no tardo en caer en el dominio de Rosy, si alguien le invitaba un copa, se veía obligado a tomársela a escondidas.

     Yo me hundía en mis pensamientos, muchas cosas me imaginaba, oía la música y como siempre escuchaba la letra de la canción, sentía como encajaba perfectamente en lo que yo vivía, se escuchaba   "Entregate" de Luis Miguel.

     De pronto vi que Roberto venía caminando pero se detuvo baja la lampara del bar, estaba manipulando el celular, borraba el número al cual había hecho la llamada, volvió a caminar hacia la mesa donde me encontraba con cara de satisfacción.

     -Gracias, brother- me dijo.

     Tomó un sorbo a la copa y me dio el celular. Esa noche tomamos como cuatro copas y nos divertimos mucho, somos muy buenos charlistas.

Esta historia continuará...

3 comentarios:

  1. me gusta la historia! y me causa curiosidad que fue lo que te pasó!

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  2. Quique!! Para cuando el resto de la historia?? Ya esta bueno de suspenso eh!

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  3. Imagino que somos mas los que estamos con el suspenso y no nos atrevemos a expresar nuestra curiosidad por saber de la historia completa. No esperes tanto tiempo que perderemos el sabor de tu relato. Suerte

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