Siempre lo he dicho y hoy lo repito: el líder necesita de la
gente y no la gente de los líderes. El
día de ayer, después de que se anunciara la muerte de Hugo Chávez, miles de
venezolanos salieron a las calles con imágenes de su líder que, después de dos
años, perdió la batalla contra el cáncer.
Me ha conmovido el ver las fotos de esas miles de personas
llorando y expresando su pesar por la muerte de su presidente. Más que su gobernante, para miles de
ciudadanos de Venezuela, Chávez era un caudillo. Ahora se sienten huérfanos de
guía espiritual. Pensemos en un ejemplo: ¿qué sería Morena sin López Obrador?
Simplemente no existiría.
En el pasado, había países pobres porque había países ricos,
y había países ricos porque había países pobres. En otras palabras, había
países tercermundistas por la afluencia del primer
mundo. En el presente no es así. Y lo que más hace daño a los países
subdesarrollados es que se les inculque esta falsa doctrina por medio de
propaganda. De esta manera es muy fácil vociferar contra el imperio yanqui.
Vivimos un mundo cambiante, donde continuamente están
apareciendo amenazas y oportunidades para cualquier pueblo, la riqueza y la
pobreza se producen. La mayoría de países atrasados, viven en la miseria por sus malas políticas
económicas y por la corrupción de sus gobernantes.
Es más fácil para los dirigentes de países como África,
Medio Oriente y América Latina, echarle la culpa a los Estados Unidos de todo
el mal que les aqueja, que aceptar que son ellos los culpables de la miseria en
la que tienen hundidos a sus pueblos. Ayer, por ejemplo, Nicolás Maduro
atribuyó la enfermedad que llevó a la Muerte a Chávez a conspiradores internacionales. Venezuela es un país con muchas
riquezas pero está arruinado por políticas populistas.
Durante tres décadas, Cuba recibió miles de millones de
dólares por parte de la URSS, ahora es un país de indigentes. Países de África
reciben ayuda de organizaciones y países ricos, pero sus líderes usan esos
recursos para la milicia que les ayuda a conservar el poder —otro tanto va a
parar a sus cuentas privadas en bancos internacionales—. Haití, que es el país
más pobre del mundo, siempre ha vivido de las dadivas que le dan del exterior.
En tal caso, los pueblos subdesarrollados deberían pedir a las potencias que les abran las fronteras
para hacer intercambios comerciales. Pero la corrupción, la poca iniciativa
individual y la falta de una economía moderna es lo que nos corresponde a
nosotros cambiar.
La forma de salir de la pobreza depende de nosotros mismos.
México ya pasó por dos etapas: el populismo en los años setenta, y el
neoliberalismo de las últimas décadas. Por un lado el estado con los populistas
y, por el otro, el mercado con los neoliberales. La solución está en la
participación organizada de los ciudadanos. Nadie hará por los ciudadanos, lo
que los ciudadanos no hagan por si mismos.
La dependencia moral de un caudillo o de un líder espiritual
reduce la capacidad de iniciativa y de ideas. La acción cívica y política debe
de estar en nuestras manos y no en líderes ávidos de poder. Hay muchas personas
que incluso sin pertenecer a un partido político, hacen altruismo y aportan
ideas para mejorar cada uno de nuestros países.
Esto no es una quimera, les pongo un ejemplo: hace poco me
reuní con un grupo de empresarios y comerciantes de mi ciudad, me planteaban su
preocupación por la delincuencia —los que tienen el problema, casi siempre
tiene la solución—, les pregunté cuáles eran sus propuestas para acabar con la
inseguridad, al final entre todos
llegamos a la conclusión de organizarnos y recuperar el país casa por casa,
colonia por colonia, municipio por municipio, estado por estado. Tenemos que
emprender una lucha y no una guerra contra la delincuencia.
Siempre pensamos que las soluciones están solo en le
Gobierno o en un líder. Esa es una idea equivocada, vamos a llegar a una visión
que el Gobierno —o el líder— puede hacer
todo. En muchos problemas, los gobiernos han sido rebasados y sus recursos han
sido agotados. Pero también es importante que la sociedad civil se organice y
exija al Estado que le sirva como se necesita.
Siempre he creído que los ciudadanos somos superiores a
nuestros dirigentes, por eso nuestros pueblos han resistido grandes caídas y se
han levantado. Hoy más que nunca, Venezuela no debe permitirse la división, ni
México, ni tampoco ningún país latinoamericano. El cambio está y depende de
nosotros mismos. El que una organización, movimiento, partido político o país
dependa de un solo hombre es antidemocrático y mezquino.
Enrique Aquino, una pregunta... ¿No puedes hacer un articulo en donde no aparezca López Obrador o el YOSOY132?
ResponderEliminarGracias..
"Durante tres décadas, Cuba recibió miles de millones de dólares por parte de la URSS, ahora es un país de indigentes." Claro, un país de indigentes según tú, nada más se te olvida que, a pesar del bloqueo, no hay desnutrición infantil en Cuba:
ResponderEliminarhttp://www.bbc.co.uk/mundo/cultura_sociedad/2010/01/100126_1823_unicef_cuba_gz.shtml
Respecto a Haití, a ese país de valientes el mundo todavía no le perdona el atrevimiento de ser el primer territorio sin esclavitud.
Venezuela no dependía de Chávez, el simplemente administraba la voluntad del pueblo; otro patriota, Rafael Correa lo explica con mucha claridad: "Ha muerto un revolucionario, pero quedamos millones"
ResponderEliminarEn verdad notas como estas solo reflejan el brutal neoliberalismo que a sumergido a latinoamerica en la mas profunda pobreza del cual Mexico es un notable ejemplo.Pretender "pedirle" ( falto que pongas rogarle) a las potencias que abran sus fronteras para hacer intercambios es como minimo "desopilante" tanto como pedirle a los norte americanos que dejen de intervenir en la politica interna de la gran mayoria de los paises del mundo y que tanto ellos como la comunidad economica europea deje d elado los subsidios que protengen su produccion y su politica de doble moral al pedir para afuera la eliminacion de aranceles mientras que para adentro impido el ingreso de mercaderias que resulten una competencia a las propias.
ResponderEliminarComentarios como este que estoy respondiendo han sido los que han llevado a nuestros pueblos a la miseria, a rogar las migajas del imperio pensando que la teoria del derrame nos permitiria crecer.Pero bueno, estas en todo tu derecho si eso es lo que crees aunque , desde mi punto de vista estas completamente equivocado, como el creer que contra la delincuencia se lucha "casa por casa", increible pero nunca decis de que manera se lucharia ( acaso pensas combatir la violencia con mas iolencia).La unica forma que conozco para combaor la violencia es con mas trabaje e inclusion social, politicas que brillan por su ausencia en este gobierno que tiene la misma politica de entrega que tuvieron los gobiernos de Salinas para adelante.