martes, 16 de octubre de 2012

El fanatismo de la extrema izquierda

Enrique Aquino


El fanatismo nacional que se ha vivido en los últimos seis años y que se incrementó durante las campañas electorales es preocupante. Cualquier mexicano tiene derecho a creer lo que se le venga en gana, pero cuando se cree que estas ideologías son perfectas utópicas, aparece el fanatismo y luego la violencia.

En México ya es un problema social el fanatismo de la extrema izquierda (Pejismo), que muchos no lo quieran aceptar; es otra cosa, pero es una realidad que no se puede negar. Este apasionamiento ya echó raíces en nuestra sociedad. Los acontecimientos de criminalidad, intolerancia y  bestialidad que se han suscitado pueden agravarse. Ayer lo vimos en Michoacán con sindicatos y grupos afines a esta ideología.

Ignorar este problema no lo resuelve. El fanatismo destruye familias, amistades, e incluso provoca muertes. Los fanáticos no tienen capacidad de razonar, aceptan la verdad  de sus líderes y la defienden sin argumentos. El problema es que cualquier ideología opuesta los hace consolidar la ya aceptada. Quien no comparte sus pensamientos es un enemigo del pueblo, un vendido o un lamebotas.

Para algunos líderes de izquierda, este fanatismo es beneficioso. Se volvieron expertos en manipular las masas explotando las pasiones, culpan a otros de las frustraciones colectivas. Como Hitler que  basó su popularidad culpando a los judíos de los problemas de Alemania. El líder populista busca motivos de una frustración colectiva (pobreza, violencia, desempleo, etcétera) y, después, busca culpables (sus adversarios políticos, medios de comunicación, instituciones, etcétera).

Durante la primera guerra mundial se usó una propaganda mediática para influenciar el resultado final de la guerra. En la actualidad, esta propaganda oscura que fabrica opiniones la siguen utilizando algunos líderes de izquierda. Utilizan estereotipos —creados con anterioridad por ellos mismos— seleccionando los hechos apropiados, repitiéndolos y afirmándolos. 

Cuando  Andrés Manuel López Obrador dice: “Estoy dolido porque nos robaron la elección; Peña se equivoca si piensa que estará seis años sin que pase nada”, no le interesa el bienestar social; si no conservar sus privilegios de poder. Otro caso fue la desinformación de Fernández Noroña con sus siete pesos la hora. En estos dos casos, ambos buscan mantenerse vigentes en la vida política del país. Por eso gastan mucho dinero, tiempo y esfuerzo en despertar las emociones de los ciudadanos que se enfrían un poco.

No debemos subestimar a los líderes de izquierda que influyen en las actitudes emocionales de los ciudadanos (en especial de los jóvenes). Cuando sabemos que en estos tiempos se pueden alcanzar a millones de personas; cuando sabemos que el hombre puede ser un animal irracional; cuando sabemos que el fanatismo es contagioso.

En México, poco a poco la cultura se está convirtiendo en política. Especialmente en política revolucionaria extrema. Se relaciona con la protesta, debido que hay sindicatos y grupos radicales que la emplean para dar a conocer sus ideas. A pesar de que ya no estamos en elecciones, vivimos tiempos de apasionamiento político. Los últimos seis años la vivimos, ahora incitan a otros seis años de encono, odio y violencia.

Es nuestra responsabilidad como ciudadanos conocer este tipo de manipulaciones por lo que es y  por sus efectos. Nunca será suficiente lo que se diga o lo que se escriba sobre este tema, pero hay que conocer la verdad para evitar un daño a nuestra salud personal y emocional. 


5 comentarios:

  1. Te adoro Enrique, dices las cosas como son, quienes te ofenden en el fondo saben que tienes razón.

    ResponderEliminar
  2. ¿Obrador de extrema izquierda? Ay niño, no tiene idea de lo que dice. La extrema izquierda es marxista o anarquista. Obrador es un simple político burgués. Infórmese, no haga el ridículo.

    ResponderEliminar
  3. pobre idiota sin ideales y con hambre de poder y dinero.

    ResponderEliminar
  4. les duele en el alma, pero si es cierto esta loco de atar el peje

    ResponderEliminar