El día de ayer el Banco de México (Banxico) desmintió las
acusaciones de Andrés Manuel López Obrador y de quien fuera su coordinador de
campaña, Ricardo Monreal Ávila, acerca de que dicha institución había alterado
un comprobante electrónico sobre una transferencia de millones a Luis
Videgaray.
Como "infundadas y falta a la verdad" calificaron
las declaraciones del candidato perdedor. El Banco de México por medio de un
comunicado también explica que los comprobantes de pago del SPEI son producidos
por los bancos receptores de los recursos, sin tener alguna responsabilidad
Banxico.
No es la primera vez que Obrador y Monreal acusan y luego
son desmentidos, el problema es que este tipo de actitudes repercuten en algunos fanáticos y toman como ejemplo
este proceder dedicándose a difamar y
calumniar. Con cheques, credenciales, fotos, facturas, tweets y publicaciones
de facebook apócrifas han sido perjudicados periodistas y políticos.
A finales de junio, AMLO presumía que tenía
"pruebas" de que estaba arriba de Peña por tres puntos, era una
encuesta que solo él conocía, pero nunca supimos el nombre de la empresa
encuestadora. La autoridad electoral dio el triunfo a Enrique Peña Nieto
por un amplio margen el seis de julio. Lamentablemente algunos de sus
seguidores creyeron esa mentira y por lo tanto el fraude.
Obrador firmó ante el IFE un pacto de civilidad que lo
comprometía a respetar al ganador de la elección presidencial, pero no cumplió
su palabra y por lo tanto su firma no valió.
La noche del primero de julio ante los resultados oficiales
que no le eran favorables basados en un conteo rápido, Obrador dio un discurso
y su postura era la de esperar hasta el conteo final de todas las actas
confiando en el proceso final, señaló que su equipo tenía otra información
diferente. El recuento final del IFE arrojó como ganador a EPN con
un 38,21% de la votación, seguido por Obrador con el 31,59% de los sufragios.
El equipo del candidato de las izquierdas, arremetió contra
la empresa Soriana — según ellos —, por haber sido cómplice de la compra de
cinco millones votos por medio de tarjetas electrónicas, las cuales
resultaron que eran de puntos o de descuento y no de “monedero”. La
empresa perdió 414 mdd en 9 días, aparte de sufrir acoso por parte de
radicales, hubo bombazos, secuestros y difamación.
Vino entonces otro ataque, ahora contra Monex, tarjetas que
por medio de un intermediario fueron utilizadas para distribuir recursos del
PRI a sus comités en los estados para operar el día de elecciones —como lo
hicieron otros partidos—, o sea que se pagaron con gasto corriente y no con
dinero de campaña.
Después vino el ridículo de Ricardo Monreal cuando presento
papeles falsos de una cuenta bancaria a nombre de Luis Videgaray. Dicha imagen
apócrifa tenía fecha de noviembre, decía "ScotiaBank" en lugar de
Scotiabank, entre otros errores. El banco desmintió que el titular de dicha
cuenta fuera el ex coordinador de campaña de EPN. Hasta el diputado de
izquierda y gran defensor de AMLO, Mario di Costanzo, aceptó por medio de
su Twitter que todo era falso.
Las calumnias siguieron por parte de Monreal al
presentar una llamada falsa con un
impostor y falso Luis Videgaray, montaje el cuál tenía muchas
inconsistencias al no seguir un protocolo bancario, dar dos números de cuenta
distintos, entre otras aberraciones.
Al final las miles y toneladas de pruebas que según tenía la izquierda se resumieron en pollitos recién nacidos, un
cerdito, un borreguito, dos gallinas, un pato, vasos, llaveros, calendarios de
bolsillo, recortes de periódicos, comales, mandiles, etc. Afortunadamente el
TEPJF retiro el spot “Miles de pruebas del fraude”, ya que su estrategia es
mediática, la inició acabando la elección para crear opinión en los ciudadanos
de un fraude. Era obvio.
Estas son solo algunas de las muchas acusaciones absurdas y
falaces que ha hecho Obrador, ahora acusa a Felipe Calderón de tener pruebas de
irregularidades en la elección, —por cierto, ya lo reconoce como presidente —.
El sábado, Ricardo Monreal amenazó con demandar a Agustín Carstens con el
fin de seguir haciendo ruido a su cantaleta que ya casi nadie le cree y, que es
insostenible.
A Obrador y Monreal
ya no les creo ni la fecha. Somos muchos los que ya estamos hartos de
sus discursillos baratos, corrientes,
vulgares y sin sustento. Usted tiene la palabra, yo ya sé lo que pienso de
ellos, hoy no me merecen el más mínimo respeto, porque una persona que miente
con tal de mantenerse vigente en la política no lo merece.
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