Enrique Aquino
Uno de los libros que he releído es el "El laberinto de la
soledad", del gran Octavio Paz, nuestro premio novel de literatura. En
estos nueve ensayos hace un análisis del mexicano, mostrando aquella parte
grotesca y que es reflejo de nosotros mismos.
En su ensayo "La inteligencia mexicana", hay una frase que
habla sobre la mexicanidad y como influye la cultura en nuestros actos y los
predice: "[...] porque muchas veces la cultura se adelanta a la
historia y la profetiza".
Con esta misma técnica podemos predecir lo que vendrá de López Obrador y
sus seguidores — la mayoría fanáticos, muchos de ellos rayan en el fascismo —,
conocemos ya frases como: "Yo tengo otros datos" o cuando se le
pregunta algo incómodo: "Ese no es el tema".
Profetizar lo que veremos de López Obrador en los siguientes años es fácil, querrá competir
otra vez para la presidencia en el 2018 — se cree Lula da Silva, el tipo —, el
primer paso es seguir haciendo lo que hace: alegar que hubo fraude para estar
vigente políticamente.
Convertirá a MORENA en partido, así cumplirá su sueño de años: tener su
propio partido, tipo Elba Esther Gordillo. Seguirá viviendo de las
"aportaciones" del pueblo durante los siguientes seis años, no creo
que se ponga a trabajar.
Por último, seguirá siendo un lastre para todo México, desde la posición
en la que se encuentre, hará todo lo que esté a su alcance para que le vaya mal
al gobierno, porque cree que así le irá bien a él. Y Peña hará todo lo que esté
a su alcance para que le vaya bien a México.
Los seguidores de López Obrador —conocidos como Pejistas—, seguirán
creyendo todo “cuento” les diga su líder espiritual, ofendiendo, calumniando,
odiando y amenazando a todos lo que disientan de ellos, ésta será la tónica que
viviremos los próximos años.
Ojalá y me equivoque, pero tampoco podemos ignorar esta realidad,
afortunadamente son solo una minoría los abusivos e insensibles que alientan la
división, parte no de una ideología política, si no de una cultura mesiánica
obradorista.
Sin embargo, dice Paz, que así como la cultura se adelanta a la historia
y se profetiza, puede también dejar de expresarse y se traiciona, un
claro ejemplo han sido los últimos logros de la selección de fútbol en el
ámbito juvenil, logrando matar fantasmas del pasado.
Algo que me tiene con un optimismo es que, somos más los que queremos a
un México mejor y, reconozco, oposición
hay gente valiosa que busca la unidad para construir el nuevo rumbo del país,
entendiendo que todos somos necesarios en este momento. México va a
cambiar.
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