Estimado presidente electo Enrique Peña Nieto:
Es la primera vez que me dirijo a usted por esta vía. No
quiero llenarlo de adulaciones en este texto, más bien, quiero contarle y
expresarle mi agradecimiento y mi orgullo por haber sido parte de esta lucha
que se emprendió para recuperar la presidencia de la República para darle orden
y rumbo a México.
Lo conocí en persona hace más de un año en la sala de juntas
del Instituto de Capacitación y Desarrollo Político del CEN del PRI, del cual
fui parte, para después enfocarme de tiempo completo a la campaña, la cual, se
llevó con gran éxito siendo usted elegido presidente de México.
Recuerdo que en enero del presente año, lo acompañamos en
Puebla capital. Me asombró la empatía y las emociones que transmitía entre la
gente. Su imagen aspiracional y seductora tenía coherencia con su discurso.
Desde el presídium —en el cual me encontraba— pude ver la esperanza que todos
veían en usted.