martes, 16 de octubre de 2012

El fanatismo de la extrema izquierda

Enrique Aquino


El fanatismo nacional que se ha vivido en los últimos seis años y que se incrementó durante las campañas electorales es preocupante. Cualquier mexicano tiene derecho a creer lo que se le venga en gana, pero cuando se cree que estas ideologías son perfectas utópicas, aparece el fanatismo y luego la violencia.

En México ya es un problema social el fanatismo de la extrema izquierda (Pejismo), que muchos no lo quieran aceptar; es otra cosa, pero es una realidad que no se puede negar. Este apasionamiento ya echó raíces en nuestra sociedad. Los acontecimientos de criminalidad, intolerancia y  bestialidad que se han suscitado pueden agravarse. Ayer lo vimos en Michoacán con sindicatos y grupos afines a esta ideología.

Ignorar este problema no lo resuelve. El fanatismo destruye familias, amistades, e incluso provoca muertes. Los fanáticos no tienen capacidad de razonar, aceptan la verdad  de sus líderes y la defienden sin argumentos. El problema es que cualquier ideología opuesta los hace consolidar la ya aceptada. Quien no comparte sus pensamientos es un enemigo del pueblo, un vendido o un lamebotas.