Lo peor que le puede pasar a México y al mismo López Obrador
es que los grupos y movimientos que lo apoyan —#YoSoy132, SME y otros—, se le
salgan de las manos, que no tenga control sobre ellos. Hemos visto que los del
#YoSoy132 por lo pronto ya empiezan a actuar solos, es decir, sin que tengan que
recibir una orden o sean organizados en redes sociales.
Una actitud se vuelve
costumbre, una costumbre se vuelve un
hábito, un hábito se vuelve un destino.
Por ejemplo, se empieza con alguien que siembra odio, luego, se vuelve
costumbre insultar y odiar, hasta que se vuelve un hábito y se toma como algo
“normal”, al final, esas conductas traen un repercusión en la vida y en la
sociedad.
Un domingo, Ricardo
Alemán y su familia caminaban por enfrente del hemiciclo a Juárez, hubo quien
lo reconoció y gritó algo así como:
—¡Hey, allá va Ricardo Alemán!