¿Miedo? ¿Puede ser positiva la protesta del 1 de diciembre?

Enrique Aquino

Cuando alguien ha estudiado la comunicación de protesta —que es en lo que se basa el 90% de la política de AMLO— se descubre que en realidad es un ritual e incluso tiene cierto sentido de teatralidad. La comunicación de protesta tiene como finalidad influir y persuadir a los ciudadanos.

Debemos de tener en cuenta que la mayoría de personas que protestan han sufrido daños físicos y psicológicos. Sus protestas algunas son por dolencias reales y otras por la influencia de la propaganda que emplean sus líderes autoritarios.  

Después de mucho tiempo en el que los Pejistas —MORENA y #YoSoy132— han pasado por diferentes etapas sin lograr resultados favorables, la táctica es empujar a las autoridades a una reacción violenta; es posible que hasta lo consigan esparciendo rumores en la red como lo han venido haciendo meses atrás.

La estrategia es clara, AMLO y diferentes agitadores como Epigmenio Ibarra —éste último, que por quererse sentirse revolucionario siembra odio y encono entre los mexicanos—han estado amenazando que el primero de diciembre habrá protestas, que no será un día de campo, etc. En consecuencia, se presentaba un fuerte cerco de seguridad policial. Esto ya representaba un fuerte potencial para un estallido de violencia. Inteligentemente, Enrique Peña Nieto, deciden retirar el cerco y reabrir las estaciones del metro y las calles aledañas.

¿Miedo? Para nada. Al quitar el cerco, a los fanáticos solo les queda el desacato, táctica muy empleada por el SME y los manifestantes de Michoacán. Finalmente si no provocan la violencia, son ellos los que la iniciarían: quemar autos, secuestrar autobuses, escupir a las autoridades, aventar piedras; todos estos actos calculados para provocarla. Eso es lo que se quería evitar.

¿Puede ser positiva la protesta del sábado?, no para el país. Al único que beneficia es a López Obrador, ya que se vuelven a reunir los —ya pocos— fanáticos que andaban dispersos. El empleo de la persuasión y los argumentos para cambiar actitudes y fijar posturas es lo necesita un México moderno. Viejo, obsoleto y antidemocrático es el uso de la fuerza y la violencia para tratar de persuadir que algo anda mal. Está de más decir que las mentadas de madre y los sentones de Fernández Noroña no ayudan, pero si crean fanatismo y rencor entre los mexicanos.

El presidente del Partido Revolucionario Institucional, Pedro Joaquín Coldwell, señaló que Andrés Manuel López Obrador será bienvenido a participar en Acuerdo Político Nacional. Pero aclaró que no se le puede obligar a nadie a quien no quiera participar en este tipo de acuerdos. Y AMLO no aceptará, los argumentos, acuerdos e ideas no son su fuerte. Lo suyo son las protestas y la violencia.

Todos los partidos tienen una idea común: que a México le vaya bien. Es necesario crear acuerdos en base a propuestas e ideas. Ya nos dimos cuenta en los últimos años que, la desunión nos perjudica; no podemos permitirnos la división. Los que protestarán no representan el sentir de los millones de mexicanos, ellos no son todo el pueblo: es una minoría. Los que votamos por Peña Nieto —y la mayoría de panistas— no tenemos la cultura de las marchas y protestas. Nuestra marcha fue el primero de julio y ahora seguimos trabajando.