Todo el tiempo transmitimos mensajes verbales y no verbales.
Cuando ambos canales se complementan el mensaje es mucho más claro porque cada
canal refuerza al otro. Sin embargo, es difícil comprender un mensaje cuando se
contradice el medio verbal y el mensaje no verbal. En comunicación llamamos mensajes mezclados a las contradicciones
existentes entres dos canales.
Adal Ramones se dice parte del movimiento #YoSoy132 el cual nació en tiempos electorales como una estrategia de marketing. ¿Está a favor de que boicoteen Televisa? ¿Renunciará por congruencia a la televisora que le dio fama?
Por ejemplo, desde el tres de octubre en la red circula un
vídeo del comediante Adal Ramones, ahí se puede apreciar su simpatía por el
#YoSoy132 y su rechazo a Peña Nieto. Pero han sido atrapados tanto Adal Ramones,
como el #YoSoy132, en las contradicciones de una comunicación mezclada.
Cuando el bufón dice “Yo soy 132”, la gente le aplaude. Me
pregunto, ¿qué acaso el #YoSoy132 no estaba en contra del contenido chatarra de
televisa? Entonces, ¿por qué hasta pagan por ver en vivo a un personaje creado
por la televisora que tanto odian?
Adal Ramones se dice parte del movimiento #YoSoy132 el cual nació en tiempos electorales como una estrategia de marketing. ¿Está a favor de que boicoteen Televisa? ¿Renunciará por congruencia a la televisora que le dio fama?
Desde el punto de vista personal, cuando hay estas
situaciones creo más en las conductas porque son más difíciles de fingir. Me
queda claro que tanto Adal Ramones y una gran parte del #YoSoy132 son unos
hipócritas.
Cualquier persona puede fingir que apoya un movimiento o una
causa, pero lo que hace es lo que cuenta. Las acciones hablan más fuerte que
las palabras. Un movimiento no se puede decir pacifista si lanza huevos, escupe
a periodistas, calumnia a personas, secuestra a empleados de empresas y hace
una serie de desmanes provocando violencia.
Ayer, Henrique Capriles Radonski, demostró con palabras y
fue reforzado con sus actitudes que es demócrata y pacifista. Reconoció que
había perdido las elecciones de Venezuela, felicitó a Hugo Chávez y, por si
fuera poco, pidió calma a los grupos radicales.
Las conductas no verbales son las más difíciles de controlar,
por eso mucha gente no puede ocultar su verdadera personalidad. ¿Qué se puede
pensar de un hombre que se dice
demócrata, “amoroso” y pacifista, pero al mismo tiempo no reconoce la voluntad
del pueblo y no llama a la calma a sus fanáticos?
Termino mi comentario y análisis con una frase de quien fue
congruente con sus palabras y sus actos, Luis Donaldo Colosio Murrieta: Soy un hombre de trabajo, que confía más en
los hechos que en las palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario