En febrero de este año, Andrés Manuel López Obrador estaba en
una reunión con empresarios inmobiliarios, entonces se dirigió a uno de ellos
con micrófono abierto:
—¿Te acuerdas en tu casa, que dije que si la elección era limpia y libre, si
perdía, me iba ir yo a la chingada? ¿Te
acuerdas?
Aunque la elección fue limpia y libre, pues no se fue. De
hecho, los partidos más multados por el IFE fueron los de izquierda,
presentaron facturas falsas para comprobar gastos de campaña entre otras
irregularidades.
Hay que reconocer que AMLO hizo una muy buena estrategia, seguramente negoció el apoyo de todos los líderes de las diferentes corrientes de izquierda —incluyendo a Ebrard y los llamados “Chuchos”— para que fuera el candidato en las elecciones —el fue ganador de una encuesta para ver quién era el candidato, curiosamente esa no estuvo manipulada— con la condición de que después dejaría el campo libre para que otros buscaran la presidencia en el 2018, entre ellos Marcelo Ebrard, quien anunció que empezará su campaña en diciembre.
Era muy difícil que siguiera en los partidos de izquierda
que lo postularon, PRD, PT y Movimiento Ciudadano. Ya lo habíamos dicho en una columna
anteriormente, que MORENA sería partido, esa era su estrategia desde que hizo
ese movimiento.
Constantes roces tuvo con algunos líderes de izquierda
durante estos últimos seis años, por ejemplo, en el 2008 el ex líder de los
Senadores perredistas se refería a AMLO así en aquel entonces:
—Nadie puede ser aspirante real a la Presidencia si la mitad
de la población rechaza su mensaje, su nombre o su forma de hacer política.
En el mismo 2008, cuando Guadalupe Acosta Naranjo era el
Presidente del PRD, dijo:
—Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas y […] alientan
una actitud de odio, de rencor a quienes no pensamos como ellos.
La táctica de AMLO fue muy buena, todo en tiempos perfectos,
este anunció lo hizo después de que el TEPJF dio su veredicto, aprovechó al
máximo el respaldo del PRD, PT y Movimiento Ciudadano en su locura de querer
invalidar las elecciones.
Al fragmentarse las izquierdas, pierde la misma izquierda,
seguramente muchos seguirán a Obrador como si fuera el Flautista de Hamelín,
porque como ya he dicho, el Pejismo es una cultura y no una ideología, pero ojo,
recordemos que Mancera tuvo más de medio millón de votos en el DF que él.
Hay una doble moral, muchos de sus fanáticos criticaron que
una sola persona tomara decisiones en un
partido como Elba Esther Gordillo en el PANAL, ahora, Obrador hará lo mismo,
vivirá de los recursos de su propio partido, seguirá siendo un lastre para los
mexicanos. Nunca será bueno que alguien ostente un poder absoluto en un partido, es
antidemocrático.
Ayer también dijo que no reconocerá a Peña Nieto como
presidente legítimo de México, sigue sin respetar las instituciones que validaron la elección,
polarizando —porque le conviene— sin importar el daño que hace, porque incita
al odio y al encono. Además, anunció que habrá medidas de desobediencia civil “pacifica”,
seguiremos viendo al mismo Obrador de siempre, no cambia y ni cambiará.
Me despido con una frase de Dupaty Louis Emmanuel: “Los reyes quieren ser abosolutos; los nobles
quieren ser independientes; los pueblos quieren ser felices”.
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