Durante toda la vida, cada uno de nosotros es influenciado
por dos fuerzas opuestas: los deseos de cambiar y los deseos de seguir igual.
Una parte de nosotros, se siente atraída por los viejos
sistemas y por lo más familiar, por ejemplo, preferimos a los amigos actuales y
el libro que confirma nuestras creencias. La otra parte busca lo nuevo, algo
mejor, experiencias nuevas.
Esta ambivalencia es natural y normal. Lo nuevo nos trae un
elemento de excitación, pero un cambio es una amenaza, ya que tenemos miedo de
no poder tratar con la nueva situación y quedar peor que antes.
El cambio no necesariamente tiene que ser positivo. Pero
también el progreso, bien sea de una persona, un país, o incluso en la vida de
la humanidad, tan solo es posible si algo cambia.
Todos los días en las redes sociales exponemos nuestras
ideas, opinamos sobre diferentes temas buscando influenciar —en ocasiones
indeliberadamente—, pero al mismo tiempo somos influenciados por lo que leemos
y vemos. Por lo tanto, muchas veces cambiamos nuestra forma de pensar.
La comunicación en internet es uno de los mayores poderes
para efectuar estos cambios. Sin embargo, el estilo a veces no es el apropiado.
La elección de las palabras refleja lo
familiarizado que se esté con el tema, así como el conocimiento que se tiene de
él.
Cuando un tuitero escribe: “#NoroñaLuchaPorTodos haber peñabots no tienen idea de que
hasta por ustedes lucha lo que es no tener un trabajo digno”, no está
presentando ningún conocimiento sobre el tema y deja ver su pobre conocimiento
del idioma español. El hecho de leer un buen aforismo quizá produzca una
influencia que nos motive a cambiar de parecer.
También cuando se descalifica a un tuitero, es muy difícil que sea persuadido, ya que hay un
mecanismo de defensa natural que pone una barrera y crea una ambiente ríspido
que lo aleja de la persona que pretende convencerlo. Por ejemplo: “Hay si, te crees muy intelectual eres un pendejazo que no sabes nada agachado y lamebotas
el pueblo ya desperto somos mas“.
Cada quien es libre de elegir las palabras que considere idóneas
para expresar sus propias ideas, y cada individuo tiene su propio estilo de
escribir. Pero un estilo de escritura efectivo en Twiter puede ayudar a que la comunicación
sea recibida con interés y atención. Si embargo, si la intención es ofender y
calumniar, estamos ante una persona que tiene graves trastornos psicológicos que se deben tratar.
Nunca habrá interés de entrar a un hashtag que es Trending
Topic para leer vulgaridades, necedades, anglicismos, aberraciones, ofensas,
descalificaciones y calumnias de una subcultura que llamo noroñista.
Hago una recomendación a los fanáticos que creyéndose sabios se volvieron necios:
un pobre manejo del idioma español
aunado a un estilo ofensivo y sin conocimiento del tema, son unos de los
mayores detrimentos para persuadir a una persona. A parte de que nunca serán
aceptados en muchos círculos, en especial, entre los que poseen una sólida educación.
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