sábado, 11 de diciembre de 2010

DIANA Y YO (capítulo 1)

      Mucho me han pedido que escriba la historia que compartí con aquella chica Diana, la cuál conocí por SMS (mensajes de texto por celular), todo esto nació porque publiqué  pasada la media noche un tweet; recordaba mis inicios en Twitter con el hashtag #madrugadadeconfesiones. Creo que esos recuerdos salieron con las copas de Vodka, la nostalgia de la madrugada y los vídeos de Silvio Rodríguez.

       El tweet fue el siguiente:

"¿Quién no se enamoró de alguien que vive lejos, o de una persona que nunca la vio cara a cara?"

       Me refería sin duda al amor por internet; de aquellos que se conocen por este medio.(Ahora debo de tener cuidado,  tengo miedo de estar solo con mis pensamientos, porque ahora los publico en Twitter y todo mundo se entera).


    Ya para esas horas de la madrugada mi cama se ponía celosa de la PC, —hay un triangulo amoroso entre nosotros tres— bueno en fin, creo que ya le estoy echando "mucha crema a mis tacos" -así decimos en México cuando la estamos haciendo de emoción- siempre me desvió mucho del tema, así igual soy en la vida real, me gusta detallar las cosas. De acuerdo, comienzo con la historia y la nombro: La primera #twitternovela.

       Para ubicar lo que me pasó con esta chica, debo de remontarme al día siete de diciembre del 2007. Recuerdo muy bien esta fecha, que para mi es inolvidable. Aquél siete de diciembre a las 5:00 PM me encontraba entrenando a niños; en un campo de fútbol de la unidad polideportivo, en ese mismo lugar se encontraba mi amigo Roberto, -él también es entrenador de fútbol-.

      Yo entrenando en un campo y él en otro, en un receso nos acercamos, y Roberto me dijo si mal no recuerdo algo como esto:

-Se antojan una cervezas, ¿quieres unas?

Nomás para no hacerle el desaire le contesté:

-¡Claro amigo, vamos por las dos de rigor!

     Acabando el entrenamiento quedamos de acuerdo para ir al bar "Captains", antes pasamos a la casa de ustedes -que es la mía- para dejar mi auto, por lo que nos fuimos en el suyo, un neón blanco; en su estéreo reproducía un CD de la música de Yahir, para ser exacto lo hice que repitiera una y otra vez la de "alucinado":

!Perdona si me río  por mi desasosiego te miro fijo y tiemblooooooo! -cantaba a todo pulmón.


Y mi amigo:

¬¬

     Para que me callara Roberto me empezó a platicar  muchas cosas, entre su platica me comento que había conocido a una "chavita", pero no presté mucha atención....

(sigue capítulo 2)

3 comentarios:

  1. osh me dejaste con la intriga ahora tendré que seguirte y venir a leerte :).

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  2. Esperemos no tarde la continuacion. =)

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  3. interesante amiigo...‼ avisame de la continuacion...

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